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La madrugada de este martes, miles de personas en México y diversas partes del mundo fueron testigos de un fenómeno astronómico único: la aparición de la Luna de Fresa, un evento que marcó la última luna llena de la primavera y que se pudo observar con claridad desde varios puntos de la Riviera Maya.

Aunque su nombre pueda sugerir que el satélite natural adquiere un color rojizo o rosado, el término “Luna de Fresa” proviene de antiguas tradiciones de las tribus algonquinas en Norteamérica, quienes asociaban esta fase lunar con la recolección de fresas silvestres en el mes de junio. En realidad, el color de la Luna no cambia de manera significativa, aunque en ciertas condiciones atmosféricas puede lucir ligeramente anaranjada al salir o ponerse.

Una noche clara para el Caribe mexicano

En destinos como Tulum, Playa del Carmen, Cozumel y Puerto Morelos, el cielo se mantuvo despejado, permitiendo una excelente visibilidad del fenómeno. Algunos hoteles y centros ecoturísticos organizaron actividades nocturnas para que sus visitantes pudieran apreciar el evento, incluyendo sesiones de observación astronómica, caminatas guiadas y talleres de fotografía lunar.

“Fue una experiencia mágica. Ver la Luna tan brillante, tan baja sobre el horizonte y en un entorno natural como este, es algo que no se olvida”, comentó Andrea Vargas, turista originaria de Guadalajara que presenció el fenómeno desde la playa Xpu-Há.

Un fenómeno poco común

Este año, la Luna de Fresa tuvo una peculiaridad adicional: alcanzó uno de los puntos más bajos en el cielo nocturno en casi dos décadas. Según astrónomos, no se registraba una luna llena tan baja desde 2007, debido a la inclinación del eje de la Tierra y la posición orbital de la Luna en esta época del año. Este ángulo hizo que pareciera más grande y cercana, generando una ilusión óptica conocida como “efecto de la Luna gigante”.

Además, esta luna llena coincidió con las semanas previas al solsticio de verano, lo que la convierte en un símbolo natural de transición y renovación.

Próximos eventos celestes

Los aficionados a la astronomía ya esperan el siguiente evento significativo: la Superluna del Ciervo, prevista para el 21 de julio, que también será visible desde gran parte del país. Especialistas recomiendan buscar espacios alejados de la contaminación lumínica para una mejor observación.

Un impulso al turismo alternativo

El creciente interés por este tipo de fenómenos ha impulsado el desarrollo del llamado turismo astronómico, una alternativa que busca combinar experiencias naturales con la ciencia y la contemplación del cielo. La Riviera Maya, gracias a sus cielos despejados y baja contaminación lumínica en muchas de sus zonas, se perfila como un destino ideal para este tipo de actividades.