La joya arqueológica de Ichkabal, ubicada en el municipio de Bacalar, ha irrumpido con fuerza en el panorama turístico de Quintana Roo, posicionándose como la quinta zona arqueológica más visitada del estado, de acuerdo con cifras recientes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Este ascenso ocurre apenas unos meses después de su apertura oficial al público en enero de 2025, lo que representa un logro significativo para la región sur del estado, históricamente rezagada en materia turística.
Según datos reportados por SIPSE, Ichkabal recibió 5,930 visitantes durante marzo de 2025, superando a zonas con más tiempo en operación, como Xelhá, Muyil, Dzibanché y Kohunlich. Solo fue superada por Tulum (128,885), San Gervasio (10,377), El Meco (8,043) y Cobá (7,087), consolidándose rápidamente como uno de los nuevos polos de atracción cultural en el sureste mexicano.
Una ciudad maya monumental, recién descubierta por el turismo
Ichkabal no es un descubrimiento reciente para los arqueólogos, pero su apertura al público marca un antes y un después en su historia. Situada a unos 40 kilómetros del Pueblo Mágico de Bacalar y a 75 kilómetros de Chetumal, esta antigua ciudad maya fue una de las más importantes del periodo Clásico, con evidencias que sugieren su ocupación desde el año 300 a.C. hasta el siglo XII d.C.
El sitio se extiende por más de 30 kilómetros cuadrados y cuenta con estructuras que alcanzan los 40 metros de altura, lo que la convierte en una de las ciudades prehispánicas más grandes e imponentes de la región. Entre sus edificaciones más destacadas se encuentran los edificios 1, 4 y 5, que albergan mascarones, escalinatas, glifos y pintura mural que permiten vislumbrar la complejidad estética y simbólica de la civilización maya.
El Tren Maya y la descentralización del turismo
Uno de los factores clave que han impulsado la popularidad de Ichkabal es su integración dentro del proyecto del Tren Maya, que conecta a turistas nacionales e internacionales con diversas zonas arqueológicas del sureste del país. Esta conectividad ha facilitado el acceso al sitio y ha potenciado la llegada de visitantes interesados en experiencias culturales más profundas, alejadas del turismo de sol y playa.
Con la puesta en marcha de estaciones cercanas como Bacalar y Limones, los visitantes ahora pueden llegar a Ichkabal de forma más cómoda y segura. Este impulso forma parte de una estrategia del Gobierno Federal y del estado de Quintana Roo para diversificar la oferta turística y fomentar el desarrollo económico del sur, históricamente menos beneficiado por la industria turística.
Un modelo de turismo sostenible e incluyente
La apertura de Ichkabal también ha estado acompañada de esfuerzos por fomentar un modelo de turismo sostenible. Se han habilitado caminos de acceso, áreas de servicios básicos y módulos de información sin alterar significativamente el entorno natural del sitio, que forma parte de una reserva selvática rica en biodiversidad.
Además, el INAH y autoridades estatales han promovido la participación activa de comunidades mayas locales en actividades como guías turísticos, venta de artesanías, gastronomía y servicios de transporte, asegurando que los beneficios económicos generados por el turismo lleguen de forma directa a los habitantes de Bacalar y sus alrededores.
Retos y proyecciones para Ichkabal
A pesar de su éxito inicial, Ichkabal enfrenta importantes retos para mantenerse como un destino competitivo. La necesidad de mejorar infraestructura complementaria, como señalización vial, servicios sanitarios y opciones de hospedaje cercanas, será clave para su consolidación a largo plazo.
Asimismo, expertos en conservación y arqueología advierten sobre la importancia de mantener un equilibrio entre la apertura turística y la preservación del patrimonio, dada la fragilidad de algunas estructuras que aún están en proceso de restauración.
Sin embargo, el futuro luce prometedor. Ichkabal no solo ha despertado el interés de turistas y medios nacionales e internacionales, sino que también se ha convertido en un símbolo del resurgir cultural del sur de Quintana Roo, una región que hoy ve en su historia y en su gente la base para construir un modelo turístico más equitativo y consciente.
Conclusión
Con una combinación única de riqueza histórica, belleza natural y accesibilidad creciente, Ichkabal se perfila como un nuevo protagonista en el mapa turístico de México. Su ascenso como la quinta zona arqueológica más visitada del estado es apenas el comienzo de una nueva etapa para Bacalar y para todo el sur de Quintana Roo, que ahora mira al pasado para construir su futuro.