En un acontecimiento sin precedentes que mezcla ciencia, espectáculo y empoderamiento, la cantante Katy Perry fue una de las seis mujeres que este lunes 14 de abril viajaron al espacio a bordo del cohete New Shepard, operado por la empresa aeroespacial Blue Origin. La misión, bautizada como NS-31, despegó desde la base de Corn Ranch en el oeste de Texas, marcando un hito al convertirse en la primera tripulación completamente femenina en un vuelo suborbital comercial.
El vuelo, que tuvo una duración total de aproximadamente 11 minutos, llevó a la cápsula y su tripulación más allá de la línea de Kármán, el límite que define el inicio del espacio a 100 kilómetros sobre el nivel del mar. Durante algunos minutos, las pasajeras pudieron experimentar la ingravidez y observar la curvatura de la Tierra antes de regresar de forma segura al desierto de Chihuahua mediante un aterrizaje controlado con paracaídas.
Una tripulación estelar
Además de Katy Perry, el equipo estuvo conformado por:
- Lauren Sánchez, periodista, activista ambiental y vicepresidenta de la fundación Bezos Earth Fund.
- Gayle King, reconocida periodista y copresentadora del programa CBS Mornings.
- Aisha Bowe, ingeniera aeroespacial, ex de la NASA y fundadora de STEMBoard, una empresa tecnológica centrada en la educación.
- Amanda Nguyen, activista por los derechos civiles y nominada al Premio Nobel de la Paz por su trabajo en reformas legales para sobrevivientes de violencia sexual.
- Kerianne Flynn, inversora y filántropa vinculada a diversas causas sociales y científicas.
Esta diversidad de trayectorias convirtió al vuelo en algo más que un evento promocional: fue una declaración de principios sobre el acceso, la representación y el poder de las mujeres en todos los sectores.
Katy Perry: del escenario a las estrellas
Conocida mundialmente por su carrera musical y su estilo excéntrico, Katy Perry sorprendió al mundo al anunciar su participación en esta misión espacial. Su presencia aportó una atención mediática sin precedentes al vuelo, atrayendo tanto a fanáticos como a nuevos públicos interesados en la ciencia y la tecnología.
“Es un sueño que jamás pensé que podría cumplir. Estoy aquí no solo como artista, sino como madre, como mujer curiosa y como defensora de mirar siempre hacia lo que hay más allá”, dijo Perry en una rueda de prensa previa al lanzamiento.
La artista ha estado involucrada en diversas causas sociales y ha manifestado su interés en temas de sostenibilidad, innovación y el futuro del planeta, intereses que encajan con la visión de Blue Origin de fomentar la vida humana más allá de la Tierra.
Un momento simbólico y poderoso
Si bien Blue Origin ya había realizado varios vuelos con tripulación civil, este fue el primero con una tripulación exclusivamente femenina. Un hecho que resuena fuertemente si se considera que, desde que Valentina Tereshkova se convirtiera en la primera mujer en viajar al espacio en 1963, la representación femenina en misiones espaciales ha sido escasa.
“Queremos que las niñas del mundo vean que el espacio también es un lugar para ellas. No estamos aquí solo por nuestras carreras, sino por lo que representamos”, comentó Aisha Bowe antes del despegue.
Este tipo de iniciativas también tienen como objetivo democratizar el acceso al espacio, rompiendo con la idea de que solo astronautas entrenados o multimillonarios pueden formar parte de estos viajes.
El futuro del turismo espacial y la inclusión
La misión NS-31 no solo puso a Katy Perry en órbita mediática una vez más, sino que también demostró cómo el turismo espacial continúa evolucionando. Blue Origin, junto a empresas como SpaceX y Virgin Galactic, está marcando el camino hacia una nueva era donde los vuelos espaciales podrían ser accesibles para un público más amplio, diverso y representativo. Lo que comenzó como una aventura privada para millonarios hoy se convierte, poco a poco, en una plataforma para visibilizar causas, abrir diálogos sociales y construir narrativas inspiradoras.