Un hallazgo arqueoastronómico en la comunidad de San Antonio Chel, en Hunucmá, Yucatán, ha revelado una alineación solar maya que no había sido documentada en los últimos 500 años. Este fenómeno, registrado en el conjunto arquitectónico conocido como “Grupo E”, ha sido confirmado por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Un marcador astronómico ancestral
El “Grupo E” de Chel, cuyas primeras investigaciones iniciaron en 2002, es un tipo de estructura utilizada por los antiguos mayas para medir con precisión los movimientos del Sol y Venus. Según el investigador del Centro INAH Yucatán, Orlando Casares Contreras, esta alineación solar es clave para comprender los cálculos calendáricos de la civilización maya y su relación con los ciclos agrícolas.
La importancia del 4 de marzo
A diferencia de los equinoccios o solsticios, donde el Sol se alinea con puntos específicos del horizonte, la fecha del 4 de marzo representa un intervalo de 73 días que los mayas usaban para sincronizar su calendario Haab con el ciclo sinódico de Venus. Durante este día, los rayos solares atraviesan de manera precisa una abertura en la estructura principal del “Grupo E”, marcando un evento astronómico fundamental para la organización de la siembra y la cosecha.
Un hallazgo que revaloriza el conocimiento maya
Este descubrimiento confirma una vez más la avanzada comprensión astronómica de la civilización maya y su habilidad para integrar estos conocimientos en su arquitectura y vida cotidiana. El fenómeno ha despertado el interés de arqueólogos y estudiosos, quienes enfatizan la importancia de seguir explorando y documentando estos alineamientos para profundizar en la cosmovisión y tecnología de los antiguos mayas.
Investigadores del INAH continúan analizando este sitio y se espera que en el futuro se implementen estrategias de conservación y difusión para permitir que el público y la comunidad académica puedan conocer más sobre este fenómeno y su relevancia en la historia prehispánica de Mesoamérica.